EL OLMO MÁS FAMOSO DE MADRID TIENE GRAFIOSIS. Pantalones es un olmo tan singular que se ha convertido en el único árbol del Jardín Botánico de Madrid (JBM) conocido por un nombre propio. Al margen de la belleza, especialmente cuando en primavera se llena de pequeñas flores, la fama de este olmo común (Ulmus minor) situado cerca de la entrada principal de la plaza de Murillo obedece a sus imponentes 35 metros de altura, a su longevidad (sus 225 años lo convierten en el representante más viejo de su especie en toda la Comunidad de Madrid) y lógicamente también a la curiosa forma que le da nombre, con un gran tronco que se bifurca en dos gruesas ramas como si se tratara de un pantalón en posición invertida. Pantalones es ahora noticia porque, como ha informado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), institución de la que depende el JBM, está afectado de grafiosis y va a ser sometido a un tratamiento de choque. El objetivo no es solo salvarle la vida, algo difícil atendiendo al tono pesimista empleado por el CSIC, sino al menos evitar que la enfermedad se extienda a otros árboles del jardín.
La grafiosis, que le fue detectada el pasado 17 de mayo, «es una grave enfermedad fúngica que puede matar en solo una semana», como recuerda el CSIC en una nota informativa. El escarabajo que transporta el hongo de la grafiosis, un barrenador de troncos llamado Scolytus scolytus, ha colonizado prácticamente todos los olmos viejos de la península Ibérica. El hongo responsable, al parecer de origen asiático, está presente en Europa y América desde los años treinta del pasado siglo, pero ha sido desde 1980 cuando se ha manifestado con toda su virulencia.
Si la edad de 225 años no es un error, significa que Pantalones nació en 1789 y es prácticamente tan viejo como el JBM, que se creó en 1755 pero se trasladó a su ubicación actual en 1781. El árbol se había mantenido al margen de la grafiosis pese a los estragos que ya ha causado la enfermedad entre los olmos de toda España, donde se calcula que ya están tocados más del 85% de los ejemplares. Llegó a pensarse incluso que era uno de esos pocos pies que parecen inmunes a la enfermedad y que constituyen un resquicio de esperanza para futuros tratamientos.
«Lo estamos tratando con todo el cariño, dedicación y medios con los que contamos. También estamos evitando, mediante tratamientos muy focalizados en los árboles que lo necesitan, que eso que le está pasando a Pantalones le ocurra a otro árbol“, explica Jesús Muñoz, director del Jardín Botánico. Y por eso, desde que se detectó la enfermedad, se podan las ramas en las que hay grafiosis, ya que «es lo primero que hay que hacer para evitar que el hongo se transmita a través de los vasos hacia abajo», comenta en la misma nota Mariano Sánchez, jefe de la Unidad de Horticultura del JBM.
También se comenzó a aplicar un tratamiento con fungicidas que puede llegar a costar entre 3.000 y 5.000 euros por olmo al año y que, por obvios motivos económicos, solo se aplica en aquellos ejemplares que se consideran singulares. «Cuando en el JBM apareció la grafiosis en 1985, hicimos el inventario de olmos y una valoración ornamental. Tuvimos que talar algunos de ellos para evitar riesgos», continúa el técnico del CSIC. En ese momento, tres olmos murieron por la enfermedad.
La grafiosis está provocada por un hongo del género Ophiostoma. El escarabajo Scolytus scolytus tiene en sus patas traseras una especie de púas en las que transporta esporas del hongo desde ejemplares enfermos a otros sanos. Y es que, como señala Sánchez, los escolítidos «son capaces de volar tres kilómetros. Por eso se debe crear un cinturón sanitario de esa distancia cuando se tiene un olmo singular o una olmeda importante para evitar la transmisión de la enfermedad».
Pantalones ha demostrado su resistencia a lo largo de más de dos siglos, pero eso no es una garantía ante la fuerza de la grafiosis. Por si acaso, «es importante conservar su genotipo de alguna forma, y eso es lo que se ha hecho a través de un proyecto de la Comunidad de Madrid», concluye el CSIC. Hace dos años se clonaron cuatro ejemplares que ya miden un metro de alto y que también se encuentran en el Jardín Botánico, pero aún tardarán mucho en dar una sombra tan grande como la de Pantalones. Si es que la grafiosis lo permite…