El manzano de Newton

DEL JARDÍN DE LINCOLNSHIRE AL TRANSBORDADOR ATLANTIS. Una de las anécdotas más célebres de la historia de la ciencia cuenta que al joven Isaac Newton le llegó la inspiración para formular su teoría de la gravitación universal, la ley que explica la fuerza de atracción entre los cuerpos, al observar la caída de una manzana de un árbol. Todo aconteció un día de la primavera de 1665 en el jardín de la residencia familiar en Woolsthorpe Manor, en el condado de Lincolnshire.

Una versión ampliamente difundida, posiblemente por impulso del pensador francés Voltaire, sostiene que la manzana le impactó en la cabeza mientras se encontraba absorto en sus pensamientos o incluso dormido, pero ni el propio Newton ni sus allegados William Stukeley y John Conduitt, que fueron sus primeros biógrafos, citan este lance y todo indica que se trata de una leyenda.

Stukeley, médico y anticuario, escribió cincuenta años después:  «Tras la cena (…) salimos al jardín él (Newton) y yo a tomar té a la sombra de unos manzanos. En la conversación me dijo que estaba en la misma situación que cuando le vino a la mente por primera vez la noción de la gravitación. La originó la caída de una manzana, mientras estaba sentado, reflexionando. Pensó para sí ¿por qué siempre tiene que caer la manzana perpendicularmente al suelo?, ¿por qué no cae hacia arriba o hacia un lado, y no siempre hacia el centro de la Tierra? La razón tiene que ser que la Tierra la atrae. Debe haber una fuerza de atracción en la materia.»

En la misma época, Conduitt, marido de una sobrina de Newton, describió la misma situación: «En el año 1666 se retiró de nuevo de Cambridge (…) y mientras estaba meditando en un huerto cayó en la cuenta de que el poder de la gravedad (que hizo caer una manzana desde el árbol al suelo) no estaba limitada a una cierta distancia de la Tierra, sino que su poder debía extenderse mucho más de lo que habitualmente se pensaba. ¿Por qué no tan arriba como a la Luna?»

Algunos biógrafos consideran que fue el propio Newton el responsable de convertir una anécdota imposible de verificar en un hecho capital en la historia de la ciencia, a la manera del momento eureka de Arquímedes. En el año 2010, con motivo de la difusión en internet por parte de la Royal Society del texto de Stukeley, que hasta entonces había permanecido oculto en un desván, el responsable de los archivos de la institución, Keith Moore, comentó lo siguiente: «Newton perfeccionó hábilmente esta anécdota con el tiempo. La historia era cierta, pero digamos que la embelleció». La elección de un manzano no fue casual, según Moore, porque «tenía una resonancia con el relato bíblico del árbol del conocimiento».

  • El propio Newton convirtió una anécdota imposible de verificar, posiblemente inventada, en un hecho capital en la historia de la ciencia

Más de tres siglos después, varios árboles aún presumen de haber inspirado la anécdota de Newton, aunque el único caso verosímil es el de un manzano (Malus domestica) que crece en el mismo jardín de Woolsthorpe Manor, ahora propiedad del National Trust, institución británica dedicada a la conservación de monumentos y otros lugares de interés. Los folletos turísticos cuentan que el manzano, que recientemente ha sido elegido entre los diez finalistas del concurso Árbol del Año 2014 en el Reino Unido, se quebró en al menos dos ocasiones por efecto del viento, en 1820 y en 1890, pero que luego volvió a brotar de las raíces. Un estudio del tronco mediante radiocarbono coordinado por Richard Keesing, de la Universidad de Kent, concluyó en 1998 que la antigüedad era congruente con el relato de Newton.

  • Varios árboles presumen de haber inspirado la anécdota, aunque el único caso verosímil es de un manzano de Woolsthorpe Manor

Sea el mismo árbol o sean sus hijos, lo cierto es que recientemente se le tuvo que colocar una pequeña valla para minimizar los daños causados por los más de 33.000 turistas que cada año visitan el lugar y pretenden hacerse una foto emulando a Newton. Según el National Trust, el suelo que rodea al singular árbol está demasiado compacto debido a las pisadas y amenaza el drenaje correcto. El manzano presenta un aspecto avejentado, pero aún sigue produciendo frutos. Se trata de un cultivar Flor de Kent, una variedad hoy poco empleada porque sus manzanas son un poco ásperas para el gusto actual y sólo sirven para ser cocinadas.

Newton-Atlantis
Fragmento del manzano de Newton que voló al espacio en la última misión del Atlantis. ROYAL SOCIETY

Descendientes del árbol de Woolsthope Manor se pueden observar en el Jardín Botánico de Cambridge y en los Jardines Kew de Londres, entre otros emplazamientos, pero sin dudas donde más lejos ha llegado tan singular manzano, o al menos un trozo de su tronco, es al espacio. Como homenaje a Newton, en 2010 voló en la última misión del transbordador Atlantis junto al astronauta británico Pier Sellers. «Si aquí repitiésemos la historia, la manzana no caería», bromeó Sellers en pleno vuelo.

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