90 ESPECIES SELECCIONADAS PARA UNA OBRA ESPLÉNDIDA. Los Reyes Magos de este año me dejaron un libro excepcional, Homenaje a los árboles, (Editorial Blume, 2015) o The Glory of the Tree en el original inglés de 2014, una historia ilustrada de 90 especies de todo el mundo escogidas por su valor paisajístico, simbólico, histórico o comercial. La obra no pretende ser una guía de campo con información especializada que ayude a distinguir árboles por la forma de la hoja o la morfología del tronco, sino un repaso muy literario por aspectos notables de su historia o su cultivo. No es un catálogo enciclopédico: es un libro para leer completo como una apasionante novela. De principio a fin.
«Al recorrer la provincia de Anhui, en el centro de China -relata el autor, Noel Kingsbury, en uno de los capítulos-, una de las imágenes que se puede percibir con más frecuencia en sus campos con aspecto de prosperidad es la de unas filas de algo que a primera vista parecen vides. Son moreras, aunque recortadas hasta darle forma de pequeñas plantas. (…). Se les ha dado esta poda formativa, empleando para ello una forma del desmochado, a fin de que produzcan abundantes hojas frescas con las que alimentar a los gusanos de seda».
Las páginas revelan hermosos detalles, como la descripción del cultivo de Hevea brasiliensis para la obtención del caucho, la historia del ébano -especie que ya fue muy apreciada por los antiguos egipcios- o la fabricación de los mejores arcos medievales con madera de tejo, así como el posible origen en Kazajstán del manzano doméstico y el valor simbólico que desde antiguo tuvo el algarrobo, árbol citado ya en el poema de Gilgamesh y en el Talmud.
«Miles de jóvenes plántulas de árbol, colocadas en «macetas» hechas con bolsas de plástico negro, se encuentran en fila -escribe Kingsbury más adelante, citando la teca o Tectona grandis-. Hay gente que está metiendo las bolsas con cuidado en unas cestas, las cuales van a parar a los hombros de unos hombres que suben la empinada ladera despacio y poniendo mucha atención en donde pisan. Se trata de un ejercicio de reforestación con un considerable potencial económico. Que le resulte beneficioso a las gentes de las tribus locales que están haciendo el trabajo de siembra en el norte de Tailandia es ya otra cuestión».
Noel Kingsbury es un reputado paisajista y jardinero británico, prolífico divulgador y ocasionalmente colaborador en The Telegraph, mientras que las imágenes son de Andrea Jones, fotógrafa de naturaleza y jardinería que colabora también con diversos medios británicos.
La 90 especies descritas son fruto de una selección muy acertada, variada geográficamente, aunque con una cierto dominio de árboles muy habituales en los jardines británicos y estadounidenses. En cuanto a fotografías, los únicos representantes españoles son unos hermosos olivos, aunque no extraordinarios, que crecen en la provincia de de Málaga. Lo que echo de menos es que el libro no indique en la mayor parte de los casos dónde crecen los árboles inmortalizados.