La grevillea de los derechos humanos

UN JARDÍN PARA LOS OBREROS EN BARCELONA. El Jardín de los Derechos Humanos (en catalán, Jardí dels Drets Humans), abierto al público en 2007, nació en la década de los 60 del pasado siglo como lugar de asueto para las familias de los obreros de la fábrica de lámparas Z de Philips, en la Zona Franca de Barcelona. La esposa del propietario, experta paisajista, creó un espacio de 22.000 metros cuadrados -lago incluido- en el que dominaban las especies foráneas, algunas traídas personalmente de sus viajes por el extranjero. (Un esbozo de este artículo se publicó en El Periódico de Catalunya.)

Consecuente con el nombre, uno de los elementos más destacados del nuevo parque público son ahora los treinta plafones de acero situados aleatoriamente que funcionan por la noche como puntos de luz y que recogen los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Naciones Unidas, 1948).

Aunque el jardín actual es fruto de una profunda reforma dirigida por el arquitecto municipal Jaume Graells, mantiene algunos elementos botánicos de décadas pasadas. Entre sus atractivos arbóreos, el espacio cuenta con un almez de grandes dimensiones, bellasombras, tilos, una jacaranda y una destacada colección de palmeras, pero el ejemplar más sobresaliente es sin duda una grevillea que no tiene parangón en toda el área metropolitana de Barcelona. El espécimen mide unos 24 metros de altura, según mi medición con altímetro láser, y posee un perímetro de tronco de 2,42 metros. En 2010 fue catalogado como árbol de interés local de Barcelona.

Las grevilleas, nativas del este de Australia, son también conocidas como robles australianos o robles sedosos, pero en realidad no tienen ningún parentesco con los árboles del género Quercus. Pertenecen a la familia Proteaceae, como las banksias y las macadamias, y son exclusivas del hemisferio sur.

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