VEGETACIÓN MEDITERRÁNEA EN LA SIERRA DE CABRA, CÓRDOBA. El poljé de la Nava, uno de los espacios naturales más sorprendentes de Andalucía desde un punto de vista geológico y también medioambiental, además de un lugar excelente para el senderismo, es una gran meseta situada a unos 900 metros de altitud que está enclavada en la sierra de Cabra (Córdoba), en el parque natural de las Sierras Subbéticas. Esta llanura de forma alargada, ocultada por abruptas montañas de caliza y atravesada por un pequeño arroyo estacional llamado Bailón, ocupa unos cuatro kilómetros cuadrados que en temporada de lluvias se encharcan hasta convertirse en un auténtico lodazal.



La vegetación arbórea está dominada por aisladas encinas, quejigos, arces, majuelos, algún olmo y cornicabras, algunas de tamaño fuera de lo común, que suelen situarse en la periferia del poljé, el tramo de transición entre la meseta llana y el terreno más inclinado. Junto al río abundan los tarajes. Entre las flores destaca una especie de narciso, Narcissus bugei, que es endémico de la Subbética.
Un poljé, palabra de origen serbocroata que significa campo, es una formación geológica sedimentaria surgida por la disolución debido al efecto de la lluvia de la roca caliza de las montañas circundantes. En el caso de la Nava, este terreno kárstico es prácticamente impermeable -el río Bailón es el único mecanismo de drenaje-, lo que favorece el encharcamiento cuando las precipitaciones son abundantes, especialmente en invierno, y el surgimiento incluso de una pequeña cascada conocida como las Chorreras. El fondo llano del poljé es muy fértil al estar tapizado por terra rossa, la arcilla procedente de la descalcificación de la caliza. «Debido a la fertilidad de su suelo -dice un prospecto turístico de la zona-, está llanura ha sido utilizada desde tiempos inmemoriales para alimentar al ganado». En nuestra última visita, nosotros observamos ovejas, cabras y caballos.
El poljé es prácticamente impermeable y se encharca en época de lluvias, especialmente en invierno
El camino más habitual para acceder hasta la zona es tomar la A-339 desde Cabra hacia Priego y luego un desvío a la izquierda que lleva a la ermita de la Virgen de la Sierra por una carretera empinada y llena de curvas. Justo antes de llegar al santuario hay un desvío a la derecha y enseguida un espacio habilitado como aparcamiento con un cartel informativo. Según las indicaciones, la ruta al completo es un sendero paralelo al río Bailón de 12 kilómetros y más de cuatro horas que lleva hasta la localidad de Zuheros, aunque lógicamente se puede acortar cuando se desee y volver marcha atrás. Si se realiza desde Zuheros -en el inicio también hay un aparcamiento-, el camino de inicio es de subida. Desde el Picacho de la ermita (1.217 msnm.) se obtienen unas buenas vistas del poljé.


La zona incluye tres formaciones vegetales inventariadas en el catálogo de árboles y arboledas singulares de Andalucía, aunque cuesta localizarlas sobre el terreno. Es decir, nosotros observamos algunos ejemplares sobresalientes que bien podrían ser los seleccionados, pero no tenemos la certeza de que fueran esos. En primer lugar, el poljé de la Nava destaca por sus manchas discontinuas de cornicabras, una especie normalmente arbustiva, con pies de hasta ocho metros de altura y 1,40 metros de perímetro de tronco. Hay también arces de Montpellier de gran tamaño, una rareza en Andalucía.
En el tramo inicial, a mano derecha viniendo desde Cabra, en las tierras del Cortijo de los Benítez, se observa un quejigar adehesado muy bello con árboles de más de 3,5 metros de perímetro y una edad estimada de 300-400 años, según el prospecto de la Junta de Andalucía. «El interés paisajístico de este quejigar y del entorno también contribuye a incrementar su singularidad», subraya. Más adelante, en las laderas del poljé, en la zona conocida como el Pilar, vuelve a haber quejigos de más de 3 metros de cuerda. Finalmente, cuando el terreno se empina un poco, surge el encinar de Quercus ilex rotundifolia.

El Poljé de la Nava es zona protegida, por lo que tan solo puede atravesarse utilizando el sendero de uso público. La página web de la Junta de Andalucía indica que se necesita solicitar «una autorización a través de la sede electrónica de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio (…) con 15 días de antelación», pero lo cierto es que no hay ningún control de acceso más allá de dos cancelas colocadas para que no se escape el ganado (y que siempre hay que dejar cerradas). En cualquier caso, recomiendo llamar antes de la visita al teléfono del Centro de Información de Santa Rita, el 957 50 69 85.
Muy chulo. Revisa la frase final. Hasta ahora. Muac