La sabina de Villamayor de Gállego

DE LA SOLEDAD A FIGURAR EN EL ESCUDO MUNICIPAL. Solitaria en un páramo a unos veinte kilómetros de la ciudad de Zaragoza, la sabina de Villamayor es uno de los supervivientes más insignes de los sabinares que antaño cubrían las laderas meridionales de la sierra de Alcubierrre, hacia la vega del Ebro, y que ahora han quedado restringidos a pequeñas manchas en parajes más elevados.

El árbol sigue sigue ahí con buena salud, siglo tras siglo, con su esbelto fuste desprovisto de ramas, muy posiblemente fruto de pasadas podas, y su irregular copa aparasolada. Hasta donde llega la vista, mi vista, no se observa ninguna otra sabina de tamaño reseñable. En las cercanías crecen el tomillo, la retama amarilla, la salvia, el asnallo y algún joven pino carrasco. Más lejos dominan los cereales.

La sabina albar de Villamayor de Gállego, en la provincia de Zaragoza. @arbolesconhistoria.com

La sabina de Villamayor es concretamente una sabina albar, Juniperus thurifera, una cupresácea adaptada a las duras condiciones climáticas de la zona, es decir, frío en invierno, mucho calor en verano, vientos y aridez extrema. Debido al color oscuro de sus hojas escuamiformes y sus frutos maduros, un claro contraste con los claros suelos yesíferos, no es de extrañar que la especie acabara dando nombre a la comarca de los Monegros, los Montes Negros. Sin embargo, como recuerda la web municipal de Villamayor, las sabinas han sufrido desde antiguo una presión muy fuerte debido a su madera imputrescible, muy buscada para todo tipo de construcciones y barcos, por lo que ahora apenas queda una porción pequeña de sus territorios originales.

El ejemplar no es una sabina excesivamente gruesa teniendo en cuenta sus muchos siglos de vida, con un tronco de 2,40 metros de perímetro según mi medición en junio de 2021, pero sí destaca por su belleza y su esbelta silueta, con una altura aproximada de 15 metros. No hay nada que le haga sombra. Más allá de algunas podas radicales y los restos de algunos perdigonazos, muestra un buen estado de salud.

La edad es un asunto controvertido. El ejemplar, conocido popularmente como bimilenario, es sin duda bastante más joven, aunque desconozco si se ha hecho algún intento por datarlo científicamente. Por el grosor del tronco y el buen estado de conservación, podría tener unos 600 años, a lo sumo 800, lo que ya es una barbaridad, aunque siempre ha de tenerse en cuenta que las edades tienden a subestimarse en climas secos y fríos.

La bella y vetusta sabina ha acabado convirtiéndose en uno de los símbolos de Villamayor de Gállego hasta el punto de que su silueta figura en el escudo municipal, un privilegio al alcance de pocos árboles. Como destaca la web del pueblo zaragozano, todos los años se celebra la festividad de San Gregorio (12 de marzo) en la proximidad del árbol, con una romería y una comida de los vecinos a la vera de su tronco. También es destino de rutas en bicicleta muy agradables. El ejemplar, ahora con un cartel identificativo, se encuentra protegido dentro del LIC (lugar de interés comunitario) Sierras de Alcubierre y Sigena, de la red Natura 2000.


Nombre del ejemplar: Sabina de Villamayor.
Nombre de la especie: Juniperus thurifera.
Nombre común de la especie: Sabina albar, sabina blanca, enebra.
Ámbito de la especie: Fundamentalmente en el interior de la península Ibérica. También en montañas de Marruecos, zonas de los Alpes franceses e italianos y puntos aislados de Córcega.
Perímetro del tronco a 1,30 m: 2,40 m (2021).
Altura: 15 m. (2021).
Altitud sobre el nivel del mar: 328 m. 
Edad del ejemplar: Más de seis siglos.
Ubicación: Villamayor de Gállego (Zaragoza, España). Desde Villamayor, tomar la A-129 en dirección a Leciñena (noreste). Una vez recorridos 4 kilómetros se toma un desvío indicado a mano derecha y se recorre un kilómetro más por un camino de tierra. También se puede acceder a pie por un camino que parte del tanatorio municipal. Ubicación Google Maps: 41.70442877679621, -0.724625475830984

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2 comentarios en “La sabina de Villamayor de Gállego”

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