EXCESO DE VISITAS EN EL ENTORNO DEL ÁRBOL MÁS ALTO DEL MUNDO. Los responsables del parque nacional Redwood, en el norte de California (EEUU), han prohibido acercarse a Hyperion, el árbol más alto del mundo, y quien incumpla la orden se arriesga a seis meses de cárcel o una multa de 5.000 dólares. El problema es que la ubicación del excepcional ejemplar de secuoya roja o de costa (Sequoia sempervirens), que siempre se había mantenido en secreto desde su descubrimiento para evitar una frecuentación excesiva, ha empezado a circular por las redes sociales y ello ha traído consigo un anormal aumento del número de visitas.
Tan insigne árbol, que se encuentra en las profundidades del parque nacional, alejado de cualquier carretera o sendero, sufre un peligroso deterioro de su entorno debido esencialmente al alud de pisadas, que compactan el terreno de forma muy negativa y dañan la vegetación, y a los desperdicios que los desaprensivos turistas dejan a su paso.

Hyperion alcanza los 115,92 metros de altura, equivalente a un edificio de 40 plantas, y cuenta con un tronco cuyo perímetro a la altura del pecho es de 15 metros, pero podría decirse que apenas destaca si se tiene en cuenta que en todo el parque hay un centenar de secuoyas de 90 o más metros de altura y un grosor similar. Muy cerca, de hecho, se alzan otro par de ejemplares de 114 y 113 metros bautizadas como Helios e Icarus. El árbol más alto del planeta, en definitiva, vive camuflado entre multitud de congéneres.
El exceso de visitas compacta el terreno y altera el hábitat de la insigne secuoya
Además, y a diferencia de lo que sucede con el General Sherman, considerado el mayor árbol del mundo por el volumen de madera, con unas 2.000 toneladas de peso, que es una de las grandes atracciones del parque nacional de las Secuoyas, también en California, Hyperion no tiene una ficha informativa a sus pies que facilite la identificación ni ninguna señal que indique el camino. Encontrarlo de casualidad no forma parte de la lógica en un parque nacional que ocupa 540 kilómetros cuadrados, es decir, 54.000 hectáreas, sumando los terrenos protegidos como parque estatal.

«A pesar del difícil acceso, que exige abrirse camino a través de una densa vegetación -dice el comunicado oficial del parque nacional Redwood- , la creciente popularidad debida a blogueros, escritores de viajes y variados sitios web ha dado lugar a la devastación del hábitat que rodea a Hyperion». «Como visitante, debes decidir si serás parte de la preservación de este paisaje único o serás parte de su destrucción. Caminar fuera de los senderos habilitados altera la ecología del bosque de secuoyas», prosiguen los responsables del espacio natural.
En declaraciones a la prensa local, Leonel Argüello, jefe de Recursos Naturales del parque, explica también otro problema derivado de la afluencia de personas en una zona sin servicios de ningún tipo -ni baños, ni limpieza-: «Empezamos a encontrar basura. Dejan papel higiénico usado y otros desechos. No es algo bueno», dice Argüello.

La caminata hasta el árbol también es particularmente peligrosa. La zona tiene un servicio limitado de telefonía móvil y GPS, «lo que significa que puede ser muy difícil rescatar a cualquier excursionista perdido o herido en la zona», prosigue el especialista del parque. «Si alguien resultara herido, pasaría un tiempo antes de que pudiéramos llegar».
Los responsables del parque nacional recuerdan que en el mismo espacio protegido hay otras secuoyas igual o más impresionantes en la base que Hyperion
Para quien se sienta decepcionado con no poder visitarlo, el comunicado del parque Redwood insiste en que «hay cientos de secuoyas en rutasmarcadas [más de 170 kilómetros] que son más impresionantes de ver desde la base del árbol». Argüello recomienda dirigirse por ejemplo a Tall Trees Grove, una zona con un sendero habilitado de unos siete kilómetros (ida y vuelta) que permite contemplar «hermosos árboles antiguos sin necesidad de destruir el hábitat».

Argüello, por otra parte, afirma que, debido a los patrones naturales de crecimiento y descomposición de los árboles, existe una buena posibilidad de que Hyperion no sea el árbol más alto durante mucho tiempo. «En algún momento, la copa se romperá o algún otro árbol crecerá más rápido. No queremos hacer una ruta oficial para un árbol que probablemente no será el más alto en el futuro».
Se estima que Hyperion tiene entre 600 años y 800 años, lo que significa que todavía se encuentra casi en su juventud si se tiene en cuenta que algunos congéneres de la misma especie pueden superar los 2.000.
Hyperion o Hiperión fue descubierto el 25 de agosto de 2006 por los naturalistas Chris Atkins y Michael Taylor, que ya se percataron de sus dimensiones fuera de lo normal. Luego regresaron al lugar con Stephen Sillett, un profesor de biología especialista en árboles viejos y conocido trepador, que hizo la primera medición del árbol mediante un telémetro láser, un sistema complicado sin un gran campo de visión. Lo bautizaron como Hyperion en honor a uno de los titanes de la mitología griega, hijo de Urano y Gea.
Aunque Sillett estimó la altura de Hyperion en 115 metros, se abstuvo de informar de ello a la espera de poder trepar hasta su copa y emplear para la medición una cinta métrica, un método que ya no admite discusión. El ascenso se retrasó durante dos semanas hasta la obtención del permiso necesario, pero el resultado final fue concluyente: 115,55 metros de altura. La altura de Hyperion y sus colegas tan cercanos es tal que el observador que mira desde la base apenas puede hacerse una idea de la copa.